Turismo y museos están muy unidos. Desde algunos puntos de vista, se ha criticado que algunos museos se han convertido en catalizadores de eventos, cual parque de atracciones, olvidando sus funciones tradicionales o novedosas. Desde luego, no voy a entrar en la idea del servicio a los ciudadanos, porque al menos los museos públicos como servicios públicos que son, conforme la tradición administrativista tradicional, son, de muy antiguo, servicios públicos, y como tal encuentran su razón de ser. Quizás en un tiempo, o durante mucho tiempo, mal enfocados, pero desde luego, descubrir ahora la idea de servicio publico, me parece excesivo. Todo ello, con independencia del peso de los Museos privados y del corpus científico que tienen en ellos su enfoque.
Cuando escribía estos renglones, he leido esta noticia, de interés para el opositor, por afectar a la organización de la Consejeria de Turismo, Cultura y Deporte. En todo caso creo que en la relación Museo-Turismo, habría que partir, por un lado, de la idea de que lo formativo, lo educativo, o, incluso la investigación no están reñidos con la diversión ni lo lúdico, por supuesto; mucho menos el desarrollo de la comunidad donde se inserta el Museo. Por otro lado, no cabe desconocer que vivimos en un territorio donde el turismo es económicamente muy importante. Cierto que en muchos sitios, conlleva el fenómeno -para algunos creciente- de las avalanchas de turistas que arrasan nuestras ciudades.

Recientemente, he leido Grand Hotel Europa donde Ilja Leonard Pfeijffer, se hace eco del desarrollo en Amsterdam del citymarketing. Para algunos una forma revolucionaria de promoción turística, cuyos objetivos es que los turistas salgan de la ciudad en vez de permanecer en ella; lo que me hizo recordar las avalanchas en Malaga, Sevilla o Cadiz, por citar algunas que vivo con frecuencia.
Dicho en positivo y de otro modo, lo que han hecho en Amsterdam es ampliar sus limites. En su plan de marketing, por ejemplo Zandvoort se denomina Amsterdam Beach, lo que imagino se asemeja a llamar a Cortadura, Cadiz Beach. Al castillo de de Muidem lo han rebautizado como Amsterdam Castle; y los lagos de la provincia de Holanda septentrional son para los turistas The Lake of Amsterdam. Todo ello ha conducido a que el número de visitantes del Castillo de Muiden se ha duplicado gracias al cambio de nombre, y así….lo único que no funciona, de acuerdo con lo esperado por los promotores de estos cambios, es que el espectacular aumento del turismo en los municipios periféricos no ha conducido a un descenso perceptible del número de visitante en Amsterdam.
Para ellos, es una cuestión de seguir insistiendo; por lo que han ampliado su estrategia de dispersión del turismo con una serie de temas de interés para los cuales desarrollan LINEAS NARRATIVAS ESPECIFICAS. Todas sus Oficinas deTurismo lo conocen: su primer tema fue Van Gogh, un proyecto que vinculó el Museo Van Gogh con el kröller-Müller de la provincia de Gelderland, donde también tienen una galería con obras suyas y con el lugar de nacimiento del pintor y otros lugares de Brabante que desempeñaron un papel en su vida. La idea es que los turistas sigan las líneas narrativas y salgan de las capitales por iniciativa propia, para descubrir por ejemplo, el Cádiz fenicio, los vinos gaditanos, el flamenco de Cádiz, la sierra y los pueblos blancos de Cádiz, sus monasterios (incluido el recién abandonado de San Francisco), las almadrabas, etc. Desde siempre he creído en la fuerza de las líneas narrativas (y que quizás los dioses nos crearon solo para entretenerse con nuestras historias), pero no solo en los Museos, y -desde luego- excesivamente barrocas en Andalucía, donde existen otras muchas absolutamente ocultas y faltas de una puesta en valor. Es necesario explicitarlas, investigarlas, publicitarlas enorgullecernos, … y que los Museos se integren en ellas, y que desde los Museos se contribuya en su creación. Lo que seguro es una buena formula de promover el desarrollo de su entorno.